miércoles, 8 de julio de 2015

10 consejos de “El vendedor más grande del mundo”


 
Og Mandino escribió en 1968 un libro que pronto se convirtió en la Biblias de todos los vendedores del mundo: “
el vendedor más grande del mundo“. Javier Cordero, una persona de éxito en Internet, dice de este libro que es una lectura obligatoria y una obra de referencia en temas de autoayuda y emprendimiento. De su lectura se pueden extraer consejos sencillos y útiles tanto para fomentar las ventas en tu negocio como para ser más eficiente en la persecución de cualquier meta. Los consejos de Og Mandino son:



Forma buenos hábitos
Los malos hábitos conducen, inevitablemente, al fracaso, entendido éste como la incapacidad de conseguir las propias metas. Por eso, hay que desterrar los malos hábitos y sustituirlos por buenos hábitos, que nos conducen al éxito. Al igual que sucede en cualquier faceta de la vida, un hábito, sea bueno o malo, sólo puede ser eliminado de nuestras vidas sustituyéndolo por otro. Por ejemplo, cuando una persona trata de dejar de fumar, que sin duda es un mal hábito, debe sustituirlo por otro hábito que sea más beneficioso y que le facilite dejar de fumar. Es el caso, por ejemplo, del nuevo hábito de comer chicles cuando se siente la necesidad de fumar.

Formar buenos hábitos es necesario para conseguir el éxito y para desterrar a los malos hábitos de nuestras vidas.

imagen buenos hábitos

Genera buenos sentimientos
Todos recibimos lo que damos. El que da odio, recibe odio; el que da envidia, recibe envidia. Por eso debes transmitir buenos sentimientos: amor, afabilidad o comprensión. Ya hablábamos sobre los buenos estados mentales en esta otra entrada sobre el Dalai Lama. Es por eso que Og Mandino nos alienta para que “saludemos con amor al nuevo día“; para que “elogiemos a nuestro enemigo hasta convertirlo en nuestro amigo y para que elogiemos a nuestro amigo hasta convertirlo en nuestro hermano“. Debemos deshacernos de los malos sentimientos para estar en un estado mental óptimo que nos haga transmitir y recibir felicidad.

Al principio será complicado que nuestra respuesta natural sea transmitir buenos sentimientos a quienes nos parecen nuestros enemigos. No obstante, se puede entrenar para que esta reacción sea natural y redunde en beneficio de los demás y en el nuestro propio.

Persiste
No te rindas. No escuches a quien dice que no puedes; no escuches al que se queja de que todo va mal. No te dejes contagiar por los malos augurios, los temores al “qué pasará” o, simplemente, los malos consejos de personas pesimistas. Alcanzar tu sueño está en tu mano. Únicamente tienes que perseverar y no rendirte.

Siempre que hablo de persistencia recuerdo el ejemplo de Sir Roger Bannister. En 1952 todo el mundo creía que correr una milla en menos de cuatro minutos era imposible. Incluso los científicos afirmaban que no era posible recorrer una milla en menos de cuatro minutos. No obstante, en las olimpiadas de 1952, Roger consiguió correr una milla en 3:59,4 con todas las condiciones atmosféricas en contra. Todo el mundo le dijo que era imposible, pero él lo consiguió. Y no sólo eso, sino que, como todos se quitaron la venda de los ojos y dejaron de pensar que era imposible, más corredores comenzaron a conseguirlo. En concreto, 46 días después, John Landy consiguió rebajar el récord mundial a 3:58. Su condición física no era mucho mejor que 46 días atrás, pero ahora pensaba que sí era posible conseguirlo. La historia de Roger, aquí.

Y si fallas, si fracasas, no te des por vencido. Necesitamos errar en muchas ocasiones para conseguir el éxito una sóla vez. Si fracasas, estarás un error más cerca de conseguir el acierto de tu vida. Atrévete a mantenerte fuerte. Atrévete a persistir.

Eres único
Nadie puede hacer lo mismo que tú de la misma manera en que tú lo haces. Eres único. Tienes ese “no sé qué” que te hace especial. Aprovéchalo. Explota tus condiciones y explota lo que te hace diferente. Eso es lo que te llevará al éxito.

Vive como si fuese tu último día
Tu último día debe ser tu mejor día. Afronta el temor con confianza y la indecisión con la acción. Pensar en el ayer es inútil, ya ha pasado. Pensar en qué podrá suceder mañana es inservible porque puede que las cosas sucedan de manera totalmente diferente a como crees que pasarán. Preocúpate de hacer todo lo que puedes hoy con los medios que tienes hoy. Sé tu mejor tú.

Sé dueño de tus emociones
Mandino nos dice que “débil es aquel que permite que sus pensamientos controlen sus emociones; fuerte es aquel que compele a sus acciones a que controlen sus pensamientos“. Sé fuerte. Todos pasamos por malos momentos, sin excepción. Pero debemos ser fuertes, valientes y comprometidos con nosotros mismos para hacer que los malos momentos no nos afecten. Si estás mal, baila, canta y sonríe. Te acabarás sintiendo mejor.

Pero ojo, cuidado con la soberbia. Si todo te va bien, no pienses que eres el mejor y no desprecies a los demás o a sus ideas.Mantente humilde. Hay una frase latina que me encanta: memento finis (recuerda el fin). Recuerda que si estás en una mala situación, pasará. Pero si estás en una situación formidable, también pasará. Prepárate para ello: todo tiene un fin. Trabaja cada día para conseguir lo mejor de ti mismo y mantente humilde para cuando necesites ayuda de los demás.

Ríe
Va de la mano de controlar tus emociones. Reír te hace más productivo. Sé un niño. Los niños siempre se ríen: de sí mismos, de los demás, de lo bueno y de lo malo. De todo. Incluso los asuntos serios se pueden abordar con una sonrisa. Reírte de ti mismo te ayudará a mantenerte humilde y a afrontar los fracasos desde un punto de vista más positivo.

niño sonriendo

Fíjate grandes metas
Es mejor apuntar a la luna y darle a un halcón que apuntar a un halcón y darle a una piedra. Tal vez hoy tus medios sólo te permitan darle a una piedra, pero si acumulas tu trabajo de hoy con el de cada día hasta dentro de un año, tus medios se habrán multiplicado y te permitirán llegar a la luna. Por eso, multiplícate cada día.

Pasa a la acción
Una idea carece de valor sin acción. Si Roger hubiese pensado que sí es posible correr una milla en menos de cuatro minutos pero no hubiese salido del sofá de su casa, no habría conseguido nada. Una idea es sólo el comienzo, el resto del camino es acción; trabajo.

Medita y busca tu dirección
Medita para conocer tu dirección, si estás en la dirección correcta o si estás dando palos de ciego. Debes ser consciente en todo momento sobre el qué trabajas, para qué trabajas y cómo trabajas para ello. Si no reflexionas periódicamente sobre tus objetivos y sobre cómo trabajas para conseguirlos puede que pierdas el foco y tus pasos se alejen del camino que lleva a tu éxito. Contrólate y controla si estás yendo en la buena dirección.

Finalmente, puedes descargar el libro aquí, comprarlo aquí o escucharlo en el siguiente audiolibro:



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